El origen.
Mi relación con la fotografía se remonta a mi infancia o, mejor dicho, mi adolescencia.
La primera vez que entré en un laboratorio fotográfico fue a principios de los 80 con mi tío Antonio Alonso que era profesor del colegio alemán en Santa Cruz de Tenerife. Durante los largos veranos que pasaba en Tacoronte (Tenerife) íbamos él y yo a revelar los carretes que el tiraba y ahí empezó a picarme el gusanillo.
A partir de ahí, durante esos años 80 y principios de los 90, iba con mi cámara de fotos a todos lados. Haciendo fotos a paisajes, personas, eventos, etc. Más de 5.000 fotos durante todos esos años.
Todos esos negativos de fotos los he tenidos guardados en una maleta todos estos años y es ahora, 35 años después, cuando he decidido sacarlos a la luz. Ha sido como un impulso vital que no he podido reprimir.
De todos ellos, los que guardo con más cariño son las fotos que hice durante los veranos que íbamos mis hermanos y yo, con mi madre, a Tenerife de vacaciones para ver a la familia.
El proyecto.
Durante esta último año y medio he hecho un trabajo de edición, escaneo, etc de todos esos negativos buscando, sin un objetivo definido, ver dónde me llevaba, simplemente por el placer de reinterpretar mi propio archivo.
El resultado final es una colección de 31 fotografías que he dividido en 4 capítulos que, para mí, resumen, mi experiencia vital de esos largos veranos: MAR, ISLA, FAMILIA y MUJER. Algunas fotos son más explícitas, otras son más alegóricas.
Para completar el trabajo, pedí a mis hermanas que, sin ver las fotos, me “regalaran” algunas frases o palabras que les evoquen sus veranos en Tacoronte. Ellas, sin saberlo, estaban poniendo textos a las fotos que he incluido en la colección y que ahora viendo todo en conjunto (fotos y textos) creo que gana en hermosura y sentimiento.
Esta frase podría resumir el proyecto:
“Las imágenes me trasladan a un lugar y un tiempo de emociones compartidas. Son una vuelta al origen de todo, al abrigo familiar y a mi madre, como cauce de vida.
Casi sin querer, este trabajo se convierte en un homenaje, no sólo a ella, sino a una forma de vivir que da importancia a los momentos íntimos familiares. Instantes aparentemente banales que me recargan el alma.”
El proyecto se expondrá en la Casa de la Cultura de Tacoronte durante las fiestas del Cristo, del 13 al 30 de Septiembre.